sábado, 19 de septiembre de 2009

Viento

Si sigo Durmiendo, moriré.

Me siento, silenciosa y extraña, frente a la ventana y el mar, como a esperar mi propia muerte.
De la nada se ha formado una espuma blanca, cabalgante como un velero, creando algo bello y efímero.

Durante el sueño he perdido pie de todo lo que conozco. El viento se ha dado la vuelta poniéndolo todo del revés. Una angustia profunda, un miedo de desaparecer me ha mordido de súbito, y la soledad azul no me devuelve la medida de lo real. Busco un papel por toda esta casa llena de un vacío sordo como un espejo que no avisa, como un golpe seco en la nuca. Después, la NADA.

Como no soporto la NADA, decido al menos plasmarlo en un papel.
Eso puede salvarme
?
o solo desviar un rato más mi atención del abismo.
Recorro toda la casa. En mi búsqueda hallo ventanas que han de ser desesperadamente abiertas. Tras ellas, la Vida. Los colores palpitantes no han muerto, ni el aire que me trae a la cara el olor fértil de la tormenta, todo, todo sigue vivo y yo respiro, desesperadamente respiro, como si acabase de sacar la cabeza a la superficie desde el fondo de algún lugar.

La densidad de la tarde y el sueño le han robado minutos a mi vida, hoy, y muchas tardes muertas como ésta en la que Todo continuaba palpitando de belleza. Y saber esto ahora, con esta claridad pasmosa, me hace sangrar cadenas de humo, me hace tratar de dar algunas bocanadas, desesperadas, como un pez pescado tratando de regresar al mar.

1 comentario:

Jana de Luque Rozas dijo...

la soledad azul...
...como un espejo que no avisa...
entre otros guau!

me necanta.es diveertido seguir escirbiendo verdad??
BsO bsO bsO