Quisiera poder imaginarme
El horario de tus venas desgastadas
La tierra acumulada entre tus poros
En qué parte de la lengua
Se guarda la memoria de la fruta
Dónde se te rezagan los pensamientos dormidos
Si se te cuelgan del bastón como polvo inoportuno
O si es detrás del espejo que se te pierden como liebres huidizas
Quisiera conocer el remolino de tu pelo
Testigo de todos tus minutos blancos
En qué parte del armario cuelgas las horas
El lugar donde se duerme el olivo
Dónde se te esconden los nombres de tus hijos
Cuando el nomeolvides aún corona de tu casa la verja
Por qué no pierdes el sabor del primer vino
Ni lo absurdas que a tus pies se les han vuelto las aceras
miércoles, 4 de febrero de 2009
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